martes, 30 de septiembre de 2025

Modelo de consumismo de masas comprometido con los usos y costumbres tradicionales en el México contemporáneo.

Un paradigma histórico alegórico al sano recuerdo infantil de los usos y costumbres de los comensales tradicionales de tacos de guisado de canasta adecuado a un cosmos imaginario afín a películas de dibujos animados como las de “Toy Story” (por “agüitas” que pueda resultar al valedor de la historia industrial de localidades del país como la de León, Guanajuato, misma que es reconocida además de por causa de la industria del calzado, por causa de la historia regional de la industria de la plata (Localidad mexicana que igual hace remembranza a la provincia homónima de León, España que se encuentra rumbo de Astorga, España.)), puede ser entendido del desarrollo social generacional en juego entre distintos cuadros de población diferenciados por su caracterización socioeconómica, misma que puede estar comprometida con el cauce que sigue su movilidad social e histórica dado su trayectoria dentro de distintos centros educativos y centros de trabajo en distintas regiones y localidades del país. El caso en cuestión resalta en los términos de la cultura educativa del sistema escolar en el nivel básico, que supone la identificación de la herencia histórica de la culturas precolombinas como la maya, misma que es reconocida por la contabilidad del movimiento de los astros con el objeto de dimensionar el paso de las eras en cuentas que abarcan hasta miles de años, siendo éste un asunto que en los términos de los ciclos agrícolas ya durante la época de mayor esplendor de la cultura teotihuacana, consolidó las raíces del quehacer nacional del centro de México de aquel entonces, donde ya durante la época de los aztecas, la población de su Imperio fue hasta más grande que la población de la península ibérica, extendiéndose hasta las regiones del norte del México actual, dando lugar así, a que ya en la época de la conquista de México cuando los españoles se establecieron en el país, existieran cabales suficientes entre una gran parte de los amerindios para dar cuenta sobre la magnitud de las riquezas naturales del país para su exitosa explotación, tal como sucedió con las minas de oro y plata en localidades como la de Taxco, Guerrero y Sultepec de Pedro Ascencio de Alquisiras, Estado de México. Dando por entendidos en ese mismo sentido, los aspectos técnicos que involucran a la ingeniería en minas y metalurgia involucrada en la explotación de dichos recursos minerales ya ha entrado el siglo XX, las necesidades propias de la participación en el fenómeno del progreso económico del sistema capitalista en los estados de la línea fronteriza de México con Estados Unidos, supuso la negociación de un proyecto de explotación minero comprometido con las ciencias y tecnologías de los tiempos modernos, siendo éste un paradigma industrial común en cierta medida a la explotación de petróleo y gas natural. En ese mismo sentido, la importación de implementos eléctricos a México a finales del siglo XIX y de máquinas de vapor para ferrocarriles, al comprometer la figuración ancestral de la herencia cultural eurocentrista en los términos de la religiosidad cristiana entendida de los avatares propios de los pueblos gentiles a criterio de la sabiduría contenida en la relación de la vida de santos como “Santo Tomás apóstol”, “Santo Tomás de Aquino” y “Eusebio Francisco Kino”, supuso al paso de las décadas que a la sazón de la existencia de paradigmas socioeconómicos contemporáneos como el de la existencia de los estadios deportivos modernos y la definición de las distintas corrientes y tendencias del consumismo de masas, que éstas se pudieran matizar en relación a la afición a distintos equipos deportivos profesionales como los de los “Diamondbacks de Arizona”, “Los Cardenales de Arizona”, “Los Cardenales de San Luis”, etcétera. Otro caso ejemplar, puede ser el de la cultura del consumismo de las llamadas “Karen” con peso arriba de 80 kg en contraste con las personalidades tipo “fitness” con pesos por debajo del antes mencionado. Otro es el caso de la cultura del consumismo harto “pichurro” que es valedor de intereses populares como el de los aficionados a la selección mexicana de fútbol y otro es el caso de la cultura del consumismo jugado entre distintas pandillas de hispanos latinos que se diferencian por los matices del marketing comercial que impactan a esas clases de poblaciones con distintos estilos de vida, tales como pueden ser por ejemplo, los de los valedores de los ambientes sociales de consumo más “fresh” con respecto a aquellos que son más “cálidos” como en la localidad de Caborca, Sonora, México. El mismo caso en cuestión, da al traste con los concursos del estilo de la moda comercial que durante distintas épocas y temporadas han garantizado la calidad de los compromisos concertados con diversos grupos de consumidores, tal como sucede con aquellos que responden a intereses históricos condicionales de la calidad de la asistencia social privada de algunos miembros de familias residentes en barriadas perimetrales de localidades urbanas del noroeste de México.

El aire figurativo de la presencia del perfil de una especie de “hermano protestante” (parecido a los personajes de la serie clásica de la televisión mexicana “Los Beverly de Peralvillo, 1969”) caricaturizado que está chiquito ante el arte de la prestación de servicios a clientes con trato directo en mesas de comedores de restaurantes, bares y cantinas, pero jugado con el regular estilo de los uniformes escolares de los niveles educativos principales en México de Educación Básica (Preescolar, Primaria, Secundaria), Educación Media Superior (Bachillerato) y Educación Superior (Licenciatura, Posgrado), puede ser redundante sí ese fuera el caso, en su identificación con la imagen del “biker clown agüitado” adecuado a las ventas de productos comestibles como los “Tostitos”, dentro de un cosmos comercial donde la música del “Rap” desde los años ochenta en circunstancias comprometidas ante instituciones intergubernamentales como la “Cepal”, se compromete a marcar la trascendencia de la figuración del significado de nombres de ciudades, pueblos, calles, avenidas y alcaldías como “Gustavo A. Madero”, “Magdalena Contreras”, etcétera. 

En el sentido de lo descrito en el párrafo anterior entonces, un dominio común al “fitness” entre cuadros de población algo humildes de su escena (Donde por lo común los ambientes musicales más populares son aquellos que están compuestos por mezclas de piezas como las de “El gato volador, 1999” y “Chacarrón, 2005” de “El Chombo”, que también incluyen piezas musicales de grupos como “Proyecto Uno”.) con valores del consumismo algo “pichurros” (Que marcan la diferencia entre los grandes cierres de temporada con playeras y jerseys de fútbol soccer, fútbol americano, básquetbol, béisbol, hockey y de caricaturas de anime, películas y series animadas como las de “Disney Pixar”, dando igual así por supuesto en ese mismo sentido, a las imágenes identificadas con las producciones de las distintas compañías de “Cartoon Network”, “Filmation”, “Lucasfilm”, “Capcom”, “Marvel”, etc.) puede estar coordinado con los logos de equipos deportivos como los “Tomateros de Culiacán” (Con idea de las salvedades generales de las ligas menores de béisbol en el sur de Estados Unidos, las ligas deportivas colegiales norteamericanas de la NCAA, así como también con el culto “de a deveras avispa” a las distintas disciplinas del béisbol, fútbol soccer, básquetbol, fútbol americano, skate freestyle, bmx y mtb.), para estar aclimatado siendo de ese modo, a la idealización de la inquietudes propias de quienes estiman valedores a los mercados de los “chicos” que se distinguen de los de las “chicas” por causa de la moda y las tendencias que completan las colecciones de distintas temporadas compuestas con diversos motivos temáticos, tales como pueden ser por ejemplo, las caricaturas (Dando lugar en éste tema en particular al juego de la personalidad distintiva que da identidad a quienes ejercen el oficio de caricaturista o ilustrador.).

El caso de las rolitas mexicanas interpretadas por el grupo de “Metallica” durante sus últimos conciertos en México, se puede interpretar dentro de una dimensión como la de los aficionados a la producción de títulos de videojuegos de empresas como “PlayStation”, así como también de series animadas de empresas como “Cartoon Network”, “Disney” y series de televisión de “Netflix”, mismas donde también se encuentran disponibles diversos títulos de “anime”, siendo éste un caso que da cabida de paso a que se comprenda su realidad dentro de un cosmos común a las clásicos del “rock and roll mexicano” sí ese fuera el caso, como el de intérpretes del género como “Alberto Vázquez”, para dar por fluida la corriente del cauce que sigue la tendencia de los marchantes de tiras cómicas mexicanas de la época de títulos como “Sensacional de mercado”, que en contextos comerciales de ventas de productos empacados de marcas como “Takis” y “Tostitos”, así como también de otra gama de productos de la empresa “Pepsico”, da cabida a que los ambientes musicales del “Rock” se comprendan como algo “pichurro” ante la calidad de la publicidad tradicional de bebidas refrescantes embotelladas como las de la marca “Coca Cola”, que varios consumidores desde niños aprecian a la par de las existencias de productos de licencias como la de la marca “Barbie”, caso que igual se corresponde a dicha clase de interés con la comercialización de diversas clases de verduras en las centrales de abastos al estilo de los temas musicales del recuerdo como el de  “Alberto Cortez”: “Mi árbol y yo, 1972”, pese a lo agüitado que pueda resultar por ejemplo, tener a más la procuración de alimentos como "la Flor de Jamaica” con el espíritu de los marchantes que desde la época cuando se estrenaron telenovelas como “El abuelo y yo, 1992” y “Al norte del corazón, 1997”, pueden tenerse por necesarios a grupos de población que aún eran muy jóvenes cuando años después se estrenó la película de “Rudo y Cursi, 2008”, comprendida con el espíritu de la afición a la selección mexicana de fútbol y programas de televisión como los de “Chabelo” y las películas “Santo” y “Blue Demon”, ante el común público de múltiples títulos de videojuegos de todos los tiempos, incluyendo los de “Mortal Kombat”, así como también el periodismo de la prensa escrita y los temas sólo para “bukis” (La moda de la rumba (con antecedentes de la cultura administrativa de los gobiernos de las presidencias de la República Mexicana de Plutarco Elías Calles, Abelardo L. Rodríguez y Adolfo Ruiz Cortines) inspirada en la lírica de temas musicales como “El Toro Mambo, 1978" de “La Banda El Recodo” y también de grupos musicales como “Bronco” y “Los Bukis”, dentro de un dominio cultural común al estilo de vida hecho a las raíces infantiles de varias generaciones de personas con una formación casual compuesta en gran medida con tiras cómicas de títulos clásicos como los de “Hugo, Paco y Luis, 1937” entre los valedores del consumo de distintas marcas de dulces, chicles y chocolates.). Del mismo modo, el caso extraordinario de ser consecuente con juzgar el lujo de cambiarse constantemente durante el curso de una misma temporada con distintas piezas de ropa, calzado y accesorios (Según sea el caso, a la moda de temas musicales como el de “Fusil contra fusil, 1971” de “Silvio Rodríguez” o a la moda de títulos de videojuegos como “Contra, 1987”.), da cabida a la figuración de la estampa representada por quien tiene por discurso personal a la filosofía del “autómata” y “vaquero urbano” que sigue indistintamente, las corrientes de la filosofía del trabajo del “fordismo” (figurativa en un estricto sentido histórico de los estilos de vida clásicos del siglo XX) y el “toyotismo” (Con idea de la cultura del “manga” y el “anime” de títulos como el de “Voltron”, así como también de otra marcas de fabricantes japoneses de vehículos automotores como “Isuzu”.).

Con antecedentes de la cultura administrativa de los gobiernos de las presidencias de la República Mexicana como los de: “Manuel Ávila Camacho” (con la cultura de los veteranos de la “Segunda Guerra Mundial”), Miguel Alemán Valdés (voto municipal femenino), Adolfo Ruiz Cortines (voto universal femenino), Adolfo López Mateos (Doctrina Estrada en la revolución cubana, nacionalización de la industria eléctrica y creación del ISSSTE y el INAH), Gustavo Díaz Ordaz (Olimpiadas de México 68), Luis Echeverría Álvarez (Terrorismo de Estado), José López Portillo y Pacheco (Explotación a gran escala de los pozos petroleros), Miguel de la Madrid Hurtado (enfrentamiento de la nacionalización de la Banca) Carlos Salinas de Gortari (Privatización masiva de empresas estatales. Firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Afronta el nacimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.), Ernesto Zedillo Ponce de León (crisis del “Fobaproa”), Vicente Fox Quesada (fin del gobierno del partido hegemónico en México), Felipe Calderón Hinojosa (Extinción de Luz y Fuerza del Centro), Enrique Peña Nieto (una crisis de credibilidad por la desaparición forzada de Ayotzinapa) y Andrés Manuel López Obrador (política social que sentó las bases de un Estado de bienestar), se puede dar por valedora a la jugada de los asuntos comerciales como el de: “sí tomas leche de vaca” o “sí tomas leche de soya” (entre consumidores regulares de distintas clases y marcas de quesos, yogures y otros productos lácteos y vegetales similares (La soya es un producto comestible con distintas presentaciones que tiene un gran estilo de consumo proletario tenido en ocasiones por vanguardia entre los múltiples conceptos del triunfo social convencional garantizado por los mercados donde se comercializan esa clase de productos.)), dando cabida de paso a la recomendaciones de los dietistas de los luchadores mexicanos clásicos que tienden ha ser amigos de las ventas de productos comestibles como el chorizo dentro de ambientes de mercado donde suena la música de reguetón y conviven los simpatizantes del turismo a distintos sitios arqueológicos de México a la usanza de las influencias de la producción de filmes como “Apache Kid, 1987”, “Young Guns, 1988”, tiras cómicas como “El libro vaquero” y la clásica línea de moda de pastores y penitentes cristianos que se identifican con la música de cantantes como “El Viejo Paulino” y “Julión Álvarez” y piezas como las de “Sergio el bailador, 1985” de “Bronco”, “El viejo del sombrerón, 1977” de “La Sonora Dinamita”, “Ni pichas ni cachas, 1995” de la “Banda Machos”, “Mayonesa, 2000 y “Chacarrón, 2005” de “El Chombo”, por agüites que pueda resultar el asunto a los obreros de las causas de la moda latina y angloparlante como la propuesta por cantantes como “Tupac” y la afición a los logos de equipos de la MLB como el de “Twins de Minnesota” que entre simpatizantes de los fanáticos de los guantes de béisbol y de los coleccionistas entendidos de las ventas de productos con la imagen de “Guasón” el villano de “Batman”, así como también de las ventas de pasteles de caja de la marca “Betty Crocker” (Común entre afectos al reconocimiento de la calidad de la industria de los banquetes y pasteles al estilo del “Pitufo Goloso” de “Los Pitufos, 1983”.).